
El record se cimentó en los últimos 12 kilómetros, al contrario de lo que hizo Makau en 2011 del que ya hablamos en “Populares de Record”, valiéndose del trabajo de sus liebres que con un ritmo infernal le pusieron a las puertas del record. Tras esta nueva hazaña del atletismo africano surge de nuevo el interrogante “¿Por qué corren tanto los keniatas?”, interrogante al cual la antropología, la genética y otras disciplinas han intentado dar respuesta.
A este interrogante son varias las investigaciones que se
han llevado a cabo para descubrir el secreto, uno de ellos es el libro de
Adharanand Finn “Correr con los keniatas”, e incluso el atleta español Arturo Casado realizó su trabajo de investigación acerca de este tema.
El dominio en las grandes pruebas atléticas de carácter
internacional por parte de los corredores provenientes de Kenia durante los
últimos años se ha convertido en un enigma para la prensa deportiva. Al igual que
los tarahumaras son especialistas en carreras de ultradistancia que dio lugar
al bestseller “Nacidos para correr” y de lo que se habló en el último programa
de Acento Robinson.
Un dato que llama la atención respecto al atleta keniata es
que su gran mayoría proviene de la tribu Kalenjin, ubicada en el valle del Rift,
en la que el hecho de correr largas distancias es una práctica muy habitual. Se
trata de una población de apenas alcanza tres millones pero su capacidad de
generar atletas del máximo nivel para la media y larga distancia resulta
asombrosa. John Manners sostiene que esta predisposición a la carrera a pie
proviene de la práctica del robo.
El robo del ganado en esta zona del Rift es algo frecuente
ya que una cabeza de ganado es una fuente de riqueza y de estatus para los
kalenji. Robar ganado es por tanto un fuerte incentivo económico y facilita el
acceso a mujeres y es que "Correr aumenta el éxito reproductivo". Cuanto más ganado se es capaz de acumular más rico se es.
Para poder serlo de forma inmediata el robo de ganado ofrece una excelente
oportunidad, sólo es necesario ser capaz de correr rápido durante largas
distancias. Casi nada.

La repentina irrupción de los atletas keniatas en el
atletismo internacional no se debe a un acto de generación espontánea, sino que
tiene su origen en los Juegos Olímpicos de México en 1968. En aquellos juegos
aparece el que se convertirá en un modelo a seguir para los kalenjin, Kipchoge Keino al ganar la medalla de oro en los 1500 metros y la plata en los 5000 a pesar
de estar enfermo. Keino se convierte en todo un héroe y en un modelo de éxito a
seguir para los keniatas. Comienzan a ver en Keino y en el atletismo una
oportunidad para alcanzar el éxito y llegar a altas cotas de bienestar.
Arrastrados por el éxito en estos juegos se comenzaron a
crear en Kenia un conjunto de infraestructuras relacionadas con el atletismo,
se reclutan a entrenadores europeos de primer nivel para que formaran a los
atletas locales… Esta inversión, unida a las ventajas que proporciona la
altitud en la preparación atlética así como el clima templado que se disfruta
en esta zona, ha hecho de Kenia la potencia mundial que es hoy en el atletismo.
Un chiste dice que si lo que queremos es tener opciones de vencer a los atletas
keniatas lo mejor que podemos hacer es desarrollar una red de transporte
público en el país africano.